25 de enero: Día del Bossa-Nova
- albian44
- 21 ene 2023
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Actualizado: 26 ene 2023
(Aland Bisso Andrade)

En el día de la Bossa-Nova no puedo dejar de evocar a Joao Gilberto. Sin más compañía que su guitarra se paraba en el escenario frente a mil, dos mil o a cinco mil espectadores. Él llenaba todos los espacios. La línea melódica iba en su voz, la armonía brotaba de una sucesión genial de acordes y el ritmo estaba en su prodigiosa mano derecha y en la pulsación imperceptible de su mano izquierda. Hasta sus silencios llenaban espacios y si la estrofa se terminaba, continuaba la línea melódica con un suave tarareo o un "huumm, humm, huumm" nasal a boca cerrada. La gente caía arrobada, vencida. No necesitaba estridencias, rimbombancias ni muestras de virtuosismo. Joao no era un Charlie Byrd o un Baden Powell en la guitarra. Joao generaba belleza sutil, transmitía, traducía lo que el compositor quería. Tom Jobim y Vinicius de Moraes, compositores natos, vieron en Joao Gilberto el elemento indispensable para el desarrollo de su música. Ambos componen “Chega de saudade”. Elizeth Cardoso la canta primero, pero Joao Gilberto la interpreta mejor y en julio de 1958 lo graba en un disco sencillo y se considera, en forma oficial como, la primera grabación de un tema de Bossa-Nova. En el mismo disco, aparece también “Bim-Bom”, una composición del mismo Joao Gilberto. Un tema de extrema sencillez, pero de enorme belleza. Se inicia una nueva era. Por algo Bossa-Nova significa “moda nueva o ritmo nuevo”, en su definición más elemental. Las composiciones no tienen que ser recargadas, complicadas ni extensas. A diferencia del jazz, donde una improvisación tan grande y compleja como un castillo medieval puede durar más de 15 minutos, en el Bossa-Nova hay temas que apenas sobrepasan el minuto de duración…y eso no le quita un ápice de genialidad. Más que en la forma, la belleza está en el fondo, en lo que transmite. En “Samba de una sola nota”, composición de Tom Jobim, el desarrollo de la línea melódica es, precisamente, en una sola nota, al punto que basta con tocar al aire, sin pisar ningún traste, repetidamente la segunda cuerda de la guitarra (nota Si). “La garota de Ipanema”, creación de Tom Jobim y de Vinicius de Moraes, sin ser el mejor “bossa”, es el tema más conocido y emblemático. Su originalidad reside en su sencillez y en una suave línea melódica que revela el caminar de una hermosa adolescente sobre las arenas de una playa. La transposición poética de esa realidad la plasmaron ambos compositores en una canción que marca toda una época y a la que se suman otros temas de inigualable belleza, como “Desafinado”, “Agua de beber”, “Insensatez”, “Corcovado”, “Amar en paz”, “Dindi”, “A felicidade”, “Wave”, etc. La nueva moda se había iniciado y pronto capturó la atención del mundo musical brasileño. El fenómeno rebasó las fronteras y Estados Unidos no fue la excepción, al punto que tuvieron que escribirse versiones en inglés para que puedan cantarlas estrellas como Frank Sinatra, quien, justamente, con el mismo Tom Jobim, en 1967 lanzaron al mercado un “long-play” con las mejores composiciones de Jobim. El Bossa-Nova había conquistado norteamérica y pronto se fusionó al jazz, género que antes ya había roto su horma clásica y fusionado con éxito a la música afro-cubana, años después, su fusión con el “bossa”, practicamente consolidó al llamado latín-jazz. Stant Getz, uno de los grandes gestores de esa época, realizó múltiples grabaciones con el mismo Joao Gilberto. Cada uno de los discos que grabaron son verdaderas joyas de colección. Desde entonces, se empezó a ver con creciente frecuencia que los grupos de jazz incorporaban temas de Bossa-Nova en su repertorio, para desazón de los ortodoxos y beneplácito de los verdaderos amantes de la música:un pianista, un saxofonista o un trompetista, podían improvisar el tiempo que les diera la gana sobre la línea melódica de un Bossa-Nova…! Más belleza ya no se podía pedir. La riqueza de la música brasileña contemporánea reside, probablemente, en cuatro genios de trascendencia mundial: Heitor Villa-Lobos, Pixinguinha, Baden Powell y Tom Jobim. Con Tom Jobim, la historia bascula, genera un fenómeno del antes y el después, porque a partir de él se abre un nuevo género musical de alcances insospechados; sin embargo, no puede dejarse de mencionar la participación e influencia de otras figuras, como: Dorival Caymmi, Joao Donato, Laurindo Almeida, Cartola, Newton Mendonça, Luiz Bonfa, Vinicius de Moraes y Joao Gilberto. Con el boom del Bossa-Nova, el escenario musical se fue poblando de nuevos protagonistas: Roberto Menescal, Edu Lobo, Carlos Lyra, Miucha, Sergio Mendes, Chico Buarque, Astrud Gilberto, Elis Regina, Gal Costa, María Betania, Toquinho, Paulo Moura, Djavan, Eliane Elías, Gilberto Gil, Caetano Veloso, entre muchos otros, que continuaron con el enriquecimiento y difusión de un género musical inigualable. Toquinho, gran guitarrista y canta-autor, vigente hasta la fecha, durante muchos años hizo dúo con Vinicius de Moraes dando lugar a decenas de composiciones. Antonio Carlos Jobim (Tom Jobim), el músico más emblemático de aquella época, nació en Rio de Janeiro el 25 de enero de 1927, de ahí que el 25 de enero de cada año se celebra, con toda justicia, el “Día del Bossa-Nova”.
En Lima también se celebra el “Día del Bossa-Nova” en diversos escenarios. Recuerdo que el 26 de enero del 2013 (ya pasaron 10 años...!) fui a ver el show de Manolo Palacios en un local de Miraflores. Casi al final del programa, Manolo tuvo la gentileza de invitarme a subir al escenario para acompañarlo con la guitarra (Ver foto). Cantó “Desafinado”, de Tom Jobim, en una bella interpretación que nos salió más “afinada” que nunca.
Maestro Tom Jobim: Saravaaaaá…!
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